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Entrevista a Eduardo Vañó Ibarra

Por J.M. Varona "Ché"



Eduardo Vañó Ibarra era hijo de Eduardo Vañó Pastor el creador de Roberto Alcázar y Pedrínr y hermano del dibujante Vicente Vañó Ibarra (recientemente fallecido), que nació en Valencia el 30 de Marzo de 1944.



Eduardo se inicia en el oficio de la mano de su padre con el que termina colaborando (allá por el año 1958), siendo todavía un niño, en la realización de la serie de Roberto y en dos de los últimos números de Milton El Corsario que su padre simultaneaba con la serie citada anteriormente y que también publicaba la Editorial Valenciana.



Pasado el de tiempo y para paliar el agobio al que los dibujantes, en general, eran sometidos por las editoriales, Eduardo forma equipo con su padre y su hermano Vicente nacido en 1947 y juntos acaban por confeccionar los cuadernos de Roberto Alcázar: Eduardo hijo era el encargado de realizar a lápiz el contenido de las viñetas, Eduardo padre se centraba en los personajes principales y Vicente terminaba el trabajo pasando a tinta el conjunto. También, para curarse en salud y mantener el ritmo de salida de 4 cuadernos por mes, la Editorial Valenciana encargó, en alrededor de 40 ocasiones (en todo el periodo que duró la serie) a Alberto Marcet, la realización de episodios de las aventuras de Roberto Alcázar y Pedrín.



Igualmente, Eduardo Vañó hizo cosas por su cuenta para la Editorial Valenciana, pero centrándose en el color. Dentro de un determinado periodo, elaboró un considerable número de portadas de la revista SOS.



Hay un momento en 1976 en el que la serie de Roberto Alcazar y Pedrín deja de publicarse, lo que obliga a los hermanos Vañó a buscarse la vida en otros sitios, y más aún, cuando pasado algo más de tiempo, la Editorial Valenciana cierra definitivamente.



Establecen contacto con la Editorial Universo de Italia para la que terminan dibujando en las revistas MONELLO, ALBO, INTRÉPIDO Y BLIZ, siendo ésta su mejor época debido al grado de libertad que la citada Editorial daba a sus dibujantes, lo que sin duda fue un estímulo (junto al hecho de que cobraban bastante más), para que los Vañó ejecutaran trabajos de gran calidad artística.



Siguieron con la Agencia Norma la cual llevó sus obras a diferentes países europeos. En España llegamos a conocer parte de esta labor, a través de la serie Buscando la Muerte que publicó Dossier Negro.



También trabajaron para el Reino Unido a través de Bardon Art.



Pasado el tiempo, Eduardo por motivos de salud entre otros, tuvo que ir dejando su actividad artística, que en la actualidad, ha quedado reducida a algo de dibujo y pintura que realiza solo para consumo interno.



Después de la muerte de su hermano Vicente, he podido ponerme en contacto con él para hacerle esta entrevista que le hago muy a gusto, con el convencimiento de que doy a conocer facetas de este gran artista y de su hermano, que merecen sean conocidas.



1)- Amigo Eduardo, permíteme que antes que nada te pregunte como entró la familia Vañó en la Editorial Valenciana.



- Al fundarse la Editorial en 1941 por Juan Bautista Puerto Belda (que era cuñado de mi padre por estar casado con su hermana), mi padre fue uno de los primeros en incorporarse a su equipo para dibujar los cuadernos de la serie de Roberto Alcázar desde su primer número, que llevó por título Los Piratas del Aire; por cierto un verdadero éxito desde el inicio.



2)- Naciste en 1944 ¿cómo discurrieron tus primeros años de vida; principalmente en lo relacionado con el dibujo?



- Como todo niño hice mis estudios de primaria y luego seguí con el bachiller. Mi padre no solo era dibujante, también era profesor de dibujo, por ello, primero a mí solo y después a mi hermano y a mí, nos aleccionaba en dicha materia. Aparte, y durante un tiempo asistí a clase en Bellas Artes, aunque no duró mucho pues yo veía que con dibujar escayolas no avanzaba suficientemente en la profesión, por eso empecé a fijarme en los grandes maestros del momento: Jesús Blasco, los Freixas, Harold Foster, Alex Raymond y muchos otros; puedo decir que ellos fueron mis verdaderos maestros. A pesar de todo, me considero un autodidacta.



3)- Se que te pusiste a trabajar con tu padre a una edad muy temprana ¿cómo sucedió aquello?


- Me considero un privilegiado porque, repito, mi padre era dibujante y uno de los más conocidos de la época, y eso hizo que me aficionara cada vez más al dibujo en cuyo conocimiento fui avanzando, hasta que llegó un momento en que mi padre consideró que estaba en condiciones de ayudarle, así que con 14 años fui atrapado por un oficio que no abandoné nunca. Él estaba muy agobiado por el mucho trabajo que tenía que realizar cada semana; aparte tenía problemas de visión debido a las calamidades pasadas en la época de la guerra civil que habían dañado su nervio óptico, por lo que mi ayuda, pasado el tiempo, fue una bendición para él, que se incrementó más tarde con la incorporación al equipo de mi hermano Vicente.



4)- ¿En qué consistía vuestro trabajo?



- Mi padre, tenía la obligación de realizar un cuaderno de Roberto Alcázar y Pedrín cada semana. Al principio, durante un par de años, ayudé a mi progenitor en lo que buenamente pude y pasado ese tiempo, como dije antes, se incorpora Vicente mi hermano menor (q.e.p.d.) y ambos formamos equipo con mi padre con el que más adelante terminamos haciendo piña, para ventilarnos al alimón y por completo, los cuadernos de Roberto: yo dibujaba las viñetas a lápiz (recuerdo que en las cabezas ponía solo unas rayitas en donde debían estar los ojos, nariz y boca), mi padre pasaba a tinta los personajes principales, en particular sus cabezas que él bordaba como nadie y Vicente por último, terminaba a tinta el trabajo; incluso, agregando detalles por su cuenta que no aparecían en las viñetas iniciales.




5)- ¿Hasta cuándo esto fue así?



- Hasta el final de la serie, por fortuna para todos y para alivio de mi padre cuyos problemas de visión aumentaban día a día. Esta colaboración alcanzó incluso a un par de cuadernos de la serie Milton El Corsario que él simultaneaba con Roberto. Realmente lo de Milton fue un ensayo que mi padre realizó para que nosotros, los hermanos, nos soltáramos en el dibujo de historieta; donde verdaderamente le resultamos útiles fue con nuestro trabajo en Roberto Alcázar y Pedrín.



6)- Háblame de tu trabajo para la revista SOS.



- Yo era un entusiasta del color cosa que la Editorial Valenciana acabó por averiguar, de ahí, que terminara por encargarme un número muy importante de portadas de la revista SOS que dicha Editorial también editaba. Esta labor la desarrollé durante dos años como mucho. Las portadas las hacía sobre cartón pintando al óleo



7)- ¿Qué pasó con Roberto Alcázar al final?



- Pasados los años entraron en circulación otros medios para el entretenimiento de los niños, entre ellos la televisión. Los tebeos –aquellos tebeos nuestros- empezaron a venderse cada vez menos y Roberto y su Pedrín no iban a ser una excepción, así que llegado 1976 la serie dejó de publicarse. El último número que salió al mercado fue el 1219. Un tiempo después y por una multitud de problemas acumulados, la Editorial Valenciana tuvo que cerrar.



8)- ¿Y …?



- Nada, que a partir de un momento los hermanos Vañó tuvimos que buscarnos la vida como cualquier hijo de vecino. Durante un tiempo mi hermano y yo hicimos lápices para Segrelles y para Vicente Ramos el de “Chispa”. Más adelante y para suerte nuestra establecimos contacto con la Editorial Universo de Italia y entramos a trabajar para ellos. Nuestras cosas aparecieron en las revistas MONELLO, ALBO, INTRÉPIDO Y BLIZ.



9)- Gente que os conoce bien, dice que aquel fue vuestro mejor periodo ¿a qué se debió?



- La política que seguía la Editorial Universo con los dibujantes era muy positiva, te daba un guión y total libertad para que tú lo realizaras a tu gusto, algo que sin duda estimulaba nuestra imaginación y te llevaba a superarte día a día. Todo quedaba lejos de lo elaborado hasta aquel momento; nada de viñetas todas iguales con el mismo ancho, tal como habías hecho para la Editorial Valenciana. Para los italianos podías confeccionar viñetas sin líneas, de diferente tamaño y en diferente posición (más anchas, más estrechas, más largas …) incluir orlas; todo a tu antojo, a tu capricho, algo que se salía de lo normal. En aquellas condiciones nuestra fantasía se desbordaba hasta el extremo de que mi hermano y yo disfrutábamos haciendo aquello. Siguiendo la costumbre, yo realizaba el trabajo a lápiz y Vicente lo plasmaba en tinta china, agregando detalles que contribuían a que el dibujo acabara en un conjunto muy completo y bello. Vicente era muy detallista, manejaba la plumilla como nadie, sus trabajos por los detalles, se asemejaban a grabados (salvando las distancias, a algunos le recordaba lo hecho por Gustavo Doré); por eso él decía siempre que le hubiese gustado ser grabador. Reconozco que en ese periodo nuestro dibujo ganó mucho en calidad.



10)- Aparte de la Valenciana ¿dibujasteis para alguna otra editorial española?



- No, lo hicimos para la Agencia Norma que aunque tenía su sede en Barcelona orientó nuestra labor casi en exclusiva, para otros países europeos: Alemania, Francia, Bélgica entre otros. Ellos actuaban como representantes nuestros; presentaban lo dibujado por nosotros a determinadas editoriales las cuales contrataban nuestros servicios a través de ellos; luego nos pagaban lo estipulado y los de Norma se quedaban su parte.

Digo casi en exclusiva, porque en España pudieron verse las aventuras de la serie Buscando la Muerte gracias a una publicación llamada DOSSIER NEGRO, en donde, aparte de lo nuestro, aparecían otro tipo de aventuras. A través de Norma, mi hermano y yo hicimos cosas muy cuidadas; esta Agencia nos exigía un dibujo de gran calidad. Aparte el hecho de que el trabajo mandado al extranjero se pagase bastante mejor que en España, te permitía recrearte en tu labor; cobrabas más, pero también lo hacías mucho mejor. Igualmente nuestros dibujos llegaron al mercado del Reino Unido a través de Bardon Art.




11)- ¿En que consistía la serie Buscando la Muerte?



- Buscando o Deseando la Muerte, si atendemos la versión original inglesa. Esta serie relataba las aventuras de un piloto que tenía la cara desfiguraba (a causa de un incendio), la cual cubría con una máscara. En esas condiciones no le importaba morir, de ahí que estuviera jugándose la vida continuamente; vivía todo tipo de aventuras inverosímiles, arriesgadas y peligrosas en extremo. La serie duró unos 18 meses.



12)- Volviendo atrás, a la época de la Editorial Valenciana ¿cómo era vuestra relación con los compañeros?



- Buena dentro de un orden, ya que teníamos poco tiempo para vernos e intimar, aún así recuerdo a aquel grupo de profesionales, todos jóvenes, contando chistes y riéndose. A mi memoria vienen aquellos sábados acudiendo a las dependencias de la Editorial, situadas en la calle Calixto III, para entregar nuestros trabajos y cobrar. Instalados en el vestíbulo recuerdo a Karpa, a Nin, a Serafín, a Palop, a Rojas, a Cerdán, a Marcet, a Lanzón, a Sanchis, a Grema, a Castillo, a Edgar y a muchos otros. Nosotros como éramos muy jóvenes y de la familia (la Editorial pertenecía a nuestros tíos), el bueno de Fernando Martínez el encargado, nos invitaba a entrar al interior casi de inmediato. Ya dentro, nos recogía Soriano Izquierdo –alma máter de todo aquello- que nos aconsejaba sobre nuestro trabajo. Luego saludábamos a los tíos.



13)- Siendo como era tu padre de la familia ¿no sintió alguna vez la tentación de formar parte del negocio?



- Que yo sepa no. La relación de mi padre con la Editorial era como la de cualquier dibujante: Le encargaban trabajos, se los pagaban y ahí quedaba todo.



14)- ¿Cómo vivisteis la crisis y cierre definitivo de la Editorial Valenciana?



- Como te dije anteriormente, llegó un momento que las ventas de la serie de Roberto Alcázar y Pedrín, fueron bajando hasta el extremo de dejar de ser rentable para la empresa. Llegó un día en que mi primo, el hijo de Puerto, nos comunicó que la citada seria iba a dejar de publicarse, cosa que así sucedió. Mi padre dejó de dibujar y nosotros los hermanos, a posteriori, seguimos con la actividad en la forma que ya hemos explicado.



15)- Se sabe que la Valenciana tuvo problemas con sus colaboradores por los originales y los derechos de autor ¿hasta que punto los Vañó se involucraron en ello?



- Nosotros, como profesionales comprometidos con la Editorial, no ignorábamos que ésta tenía problemas y graves, pero por nuestra especial ubicación familiar, no quisimos participar en ningún tipo de “movida”. Debido a aquella situación las cosas empeoraron, y nosotros al igual que muchos otros, dejamos de ir porque nos quedamos sin trabajo; al poco cerraron definitivamente. Que yo sepa, nadie o tal vez muy pocos, consiguieron recuperar sus originales.



16)- Pasado el tiempo ¿en que quedó vuestro trabajo para el exterior, a través de NORMA y otros?



- Nuestra relación con todos ellos fue fructífera y extensa en el tiempo, pero también llegó un momento en que los videos-juegos y la tele se convirtieron en fuerte competencia para el cómic/tebeo (aquel que fomentaba la imaginación del niño), que comenzó a venderse cada vez menos. Esta nueva situación unida a mis problemas de salud que fueron agravándose, terminaron por dejarnos, tanto a mi hermano como a mí, fuera de la circulación. Por mi parte continué y continuo haciendo alguna que otra cosa de cuando en cuando, pero solo a nivel particular y dentro de las posibilidades que mi salud permite.



Dicho esto, doy por terminada la entrevista y me despido del bueno de Eduardo al que deseo todo lo mejor.


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